‘La Noche al Revés’, esencia de teatro pura y al natural

El hecho de que haya cada vez más dificultades para estrenar obras de teatro en Madrid no va unido a la falta de ingenio. Un antiguo burdel, cerca de Lavapiés, se ha reconvertido en espacio teatral bajo el título de El Burdel a Escena. Mi sorpresa inicial no proviene del lugar escénico, sino de la obra tan pura y sin miramientos que conforma La Noche al Revés, texto de Xavier Durringer.

«La honestidad es una obligación, no una virtud» (esta frase tan real es de Calamaro). Y es que siendo honesto, entrar en un burdel podría imponer cierto respeto (el lugar conserva toda la instalación tal cual se utilizaba: saloncito, pasillo, baño completo y acondicionado, habitación de «trabajo»…). Pero cualquiera que se frene por esta idea está cayendo en prejuicios. Tras cruzar el umbral y sentarse a pocos pasos de donde la función tendrá lugar, cualquier espectador caerá rendido ante los personajes.

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En un microespacio de pocos metros cuadrados, un máximo de 15 espectadores disfrutan de una esencia de teatro pura y al natural. Dos actores: un chico y una chica. Un cliente y una prostituta. Una noche donde nada es lo que parece. Un tipo profundamente extraño que parece sacado de una mezcla de varios caracteres: el pánfilo estúpido de Dos tontos muy tontos de Jim Carrey, un psicópata similar al encarnado por Robin Williams en Retratos de una obsesión y un toque de Norman Bates de Psicosis por su locura innata. Entrañable pero difuso. Así es Javier (interpretado por Chema Coloma, director y actor de la obra). En su lado opuesto, la frágil pero aparentemente segura de sí misma, Lola (interpretada por Fátima Sayyad, que también traduce el texto del original francés). Ella parece dispuesta a complacer a su cliente cuanto antes porque desea terminar su jornada. Los dos parecen desconocidos pero podrían estar unidos por un extraño suceso del pasado que quizá no recuerden del mismo modo ¿o sí?

La clave de La Noche al Revés es descubrir con diálogos certeros que todo el mundo tiene su dualidad y que las relaciones humanas, sean del género que sean, siempre son complicadas.

La obra se representará todavía durante los jueves de diciembre a las 20:30 h. Una buena oportunidad de disfrutar de teatro a pocos metros. Algo más de 70 minutos del tirón donde deseas saber qué pasará a continuación con esos personajes una vez ellos desaparezcan ante ti.

Alberto Quintanilla

‘Escriba su nombre aquí’, en la Sala Triángulo (únicas funciones)

Hace días me llegó un correo para ver si me interesaba conocer una obra llamada Escriba su nombre aquí. No soy el tipo con más tiempo libre del mundo y proposiciones tan bonitas como ésta no siempre puedo cubrirlas con la calma que desearía… pero el caso es que guardé la cita en mi agenda. Hoy, de rebote al final (día 10/10) asistí a la primera de las 6 funciones de dicha obra en la Sala Triángulo de Madrid sin conocer apenas nada del argumento ni qué diablos iba a ver allí.

La obra Escriba su nombre aquí, está formada por 5 actores (2 chicos y 3 chicas) con gran talento, todo sea dicho. Son Pablo Huetos, Rebeca Matellán, Fátima Sayyad y los dos creadores y directores de la función, que también participan como actores: María Prado y Fernando de Retes.

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Escriba su nombre aquí es sorprendente por varias cosas. Ante todo, no oculta su condición de obra humilde, con 5 personajes sin personalidad concreta porque van formando una sucesión de encarnaciones distintas en sketches independientes.

Así, el espectador se entrega a diversos diálogos y situaciones para pensar en cosas que parecerían kafkianas, como la influencia de nuestro propio nombre, por qué tenemos un DNI y no otro, por qué no aceptamos al «diferente», los problemas de las compañías telefónicas y sus publicidades abusivas e intrusivas… Estos son solo algunos aspectos de una obra mucho más grande de lo que pudiera parecer por su puesta en escena, limpia y basada en cajas de madera y tizas para pintar en el suelo.

He nombrado de pasada a Kafka pero también tiene algo del ingenio de Ionesco y el teatro del absurdo.

Original y divertida pero sobre todo irónica y mordaz. Con diálogos certeros e irónicos sobre la burocracia o la pertenencia a un estado u otro, incluso sobre la manía de designar y estigmatizar al «distinto». La obra da que pensar y eso ya es muy importante. Como con casi todas las obras de este tipo, lo mejor es descubrirlas conociendo solo lo básico. Lo realmente bueno viene después, cuando uno reflexiona sobre todo lo que ha visto…

Quedan 5 únicas funciones: viernes 11 de octubre, 17, 18, 24 y 25 de octubre.

Arriba del post tienen el tráiler para que echen un ojo y saquen conclusiones, aparte de las ideas que les hayan podido dar estas letras. Por cierto, ¡se hace muy corta!

Alberto Quintanilla