Crítica: ‘La Desaparición de Eleanor Rigby’

All the lonely people
Where do they all come from?

(Eleanor Rigby; The Beatles)

Esta frase, de la citada canción de The Beatles, no es solo un cita más que se deja caer en la nueva película de Ned Benson. Porque… ¿de dónde viene toda la gente solitaria? Hay más gente sola en el mundo de la que parece.

El cine ha tratado ya demasiadas veces la crisis de pareja y la búsqueda de la identidad en el mundo pero La Desaparición de Eleanor Rigby pretende añadir un distintivo poético que roza lo metafórico en su concepción.

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Sustentada en un reparto notable, con Jessica Chastain y James McAvoy a la cabeza, aunque la balanza se inclina hacia el punto de vista y la interpretación de ella en la mayoría del metraje, Benson no olvida tampoco que la importancia de los secundarios es esencial en un buen film. Aquí aprovecha a Isabelle Huppert, y William Hurt (como progenitores de la protagonista) y a Viola Davis, todos ellos como apoyo y refuerzo de la historia.

Se podría decir a grandes rasgos que la película, a la que se debería alejar de etiquetas como «drama romántico», narra mediante elipsis y fragmentos la crisis de un matrimonio tras un suceso trágico que vivieron en el pasado y no fueron capaces de superar. El realizador concibió el metraje como un díptico en el que rodaría dos películas, desarrollando el declive desde dos puntos de vista: el del marido (McAvoy) y el de la mujer (Chastain).

Las dos películas se llamaban The Disappearance of Eleanor Rigby: Hers y The Disappearance of Eleanor Rigby: His, cada una de ellas con el punto de vista del personaje en cuestión. El resultado ha sido unificarlas en un solo film de casi dos horas llamado The Disappearance of Eleanor Rigby: Them que es el que se estrena en España este viernes 3 de octubre (bajo el título en castellano de La Desaparición de Eleanor Rigby, a secas).

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Es importante conocer este dato porque el montaje final del resultado es extraño y perceptible en algún momento. Los Wenstein metieron mano, como suelen hacer con las peliculas que compran. Si uno observa bien la película, se nota que existen secuencias que se han incrustado a lo largo de la historia y da la impresión de que da igual el momento en que fueran incluidas en ese lugar u otro porque no hacen avanzar la historia. Sí que sirven para que personajes conversen y profundicen sobre los problemas que cualquier ser humano puede llegar a sufrir. No están mal, pero sí se va notando el salto de un personaje a otro a veces sin mucho sentido aparente, aunque luego al final parece que todo vaya encajando.

Chastain destaca sobre el resto porque es en ella donde se pone mayor foco de atención y especialmente porque parece que la actriz, que ya brilló en El Árbol de La Vida, Criadas y Señoras, La Noche más oscura o Take Shelter va ganando todavía más soltura y capacidad interpretativa.

Dentro de la peculiaridad de que la visión del film toma a esta pareja neoyorquina por separado en la mayor parte del metraje, brillan las escenas donde coinciden Chastain y McAvoy. El resultado deja sensaciones positivas, con ecos que podemos equiparar lejanamente en la temática al clásico Woody Allen o James Gray. No es una película que venda amor edulcorado ni tragedia griega y quizá más de uno salga dando vueltas con el final de la historia.

Hay que destacar, por cierto, la banda sonora variada y adecuada en casi todas las secuencias.

La Desaparición de Eleanor Rigby es recomendable para quien quiera tener otra oportunidad de reflexionar sin tapujos sobre la complejidad de las relaciones humanas y eso tan extraño de encontrar y complicado de conservar llamado «amor».

Alberto Quintanilla

‘X Men: Primera Generación’: Convincente regreso a los orígenes de los mutantes

X Men: Primera Generación ya está en los cines españoles, para alegría y pasión de los jóvenes seguidores de los mutantes más famosos de la historia y desgracia de los detractores de los blockbuster comerciales de acción que prometen entretenimiento y poco trasfondo épico. Pongamos un breve contexto de antecedentes para no iniciados: Bryan Singer dirigió hace años una sugerente primera película llamada X Men y su notable secuela X Men 2. Ahí se cortó el grifo que prometía cosas interesantes y creatividad. Llegaron X Men 3 olvidable a todas luces (de la mano de Brett Ratner) y X Men Origins: Wolverine (Lobezno) -a mi entender bastante mediocre por mucho que Hugh Jackman sea un actor excelente para encarnar al mítico personaje-.

Así las cosas, FOX apuesta ahora por relanzar la saga con una precuela que pueda contentar a los fans antes de encaramarse a un posible X Men 4 que dé al traste por completo con uno de los grupos más interesantes jamás creados en el universo del comic de Marvel. Para ello se cuenta de nuevo con Bryan Singer, que absorbido al parecer por compromisos laborales, regresa como productor mientras que el director al mando es Matthew Vaungh, (Kick-Ass).

X Men: Primera Generación es un retorno al pasado, al embrión del que surgió todo. Básicamente podemos ver la amistad del Profesor Charles Xavier y Magneto -encarnados por los muy competentes James McAvoy y Michael Fassbender- cuyo desarrollo paralelo es prácticamente lo mejor de la película. Creo que los fans en general se sentirán satisfechos porque se muestran cosas interesantes: por qué Magneto se pasó al lado de los villanos, por qué Xavier quedó postrado en silla de ruedas, por qué Mística abandonó el grupo, por qué Bestia se transformó de simple científico con pies gigantes a mutante peludo azul…

 

Bajo el envoltorio de los años 60 y un contexto político marcado por la Guerra Fría y la crisis de los misiles de Cuba la película trata de mantener ritmo de entretenimiento durante dos horas y veinte minutos. A ratos está bien, no lo niego, pero que nadie divague ni busque filosofía porque los personajes en su mayoría caen en el vacío profundo. El caso más claro es el del español Álex González -ni una sola frase y presencia prácticamente testimonial-. Al menos seguro que los 7 meses que pasó en el proyecto le dejaron una gran experiencia personal, ya que su personaje Marea no es que vaya a ser muy recordado, realmente. Otros secundarios vacíos y simples son Emma Frost, Azazel, Moira McTaggart, Kaos, Banshee… es decir casi todos salvo Xavier y Magneto, que son los únicos que no están de relleno. La Bestia y Mística también son interesantes. Otro punto a favor es que sale Kevin Bacon como malo malísimo al que Magneto odia y contra el que clama venganza. Tranquilos, Bacon vuelve a parecer buen actor como en sus inicios.

Por cierto, en el guión se agradece el esfuerzo por los detalles profundos con mensajes subliminales que pueden calar en el público adolescente: No es tan malo ser diferente al resto, los valores de la amistad y la lealtad deben permanecer siempre que sea posible, etc…

En fin, como blockbuster que pretende ser, es convincente y aprueba con nota aceptable pero el que espere el peliculón definitivo de los X Men quedará chafado. De hecho, el tema militar termina aburriendo un poco y se alarga demasiado. La recomiendo para amantes del género pero déjenme que confiese que los comics me llenan mucho más. Ya que estamos, como iniciación a la saga, si a alguien le apetece, recomiendo uno de los mejores tomos de aventuras de la Patrulla X clásica -la de los personajes más populares como Lobezno, Rondador Nocturno, Coloso, Tormenta o Cíclope-, editado por PANINI y que incluye una de las épocas doradas del grupo.